Con lo que estamos viviendo, este blog tiene que transformarse. ¿Qué sentido tiene que se quede solo en la ventana en la que damos cuenta de cosas que se hacen en la biblioteca? Tiempos extraordinarios exigen respuestas extraordinarias. ¿No hemos visto en las noticias cómo se ha convertido todo un pabellón de congresos en un hospital de campaña, porque era necesario? Ahora hay necesidad de otras cosas. No dejaremos de seguir dando noticias de lo que se ha hecho o nos gustaría hacer en la biblioteca, pero nos parece más importante que este blog se abra a vosotros, alumnos, a vuestras voces, a vuestras reflexiones, a vuestras inquietudes, a vuestro trabajo en estos días de confinamiento. Y que sea una ventana a la que podáis asomaros todos y podáis asentir con lo que leáis o veáis, sentiros identificados o, simplemente, entreteneros...
Por eso, nos gustaría hacer públicas unas palabras de vuestro compañero de 3º A, Daniel Núñez Virtus, en las que nos transmite lo que piensa sobre las cosas que está viendo y lo que está pasando.
Y, ahora, imaginaos cómo está Daniel, cómo estamos todos, encerrados en nuestras casas. Podía estar en casa leyendo, como dice la imagen...
Y en realidad lo está haciendo: está leyendo su cabeza y dando forma en palabras a sus reflexiones desde el confinamiento. Atended, atended...
Para empezar, y principalmente, lo que más me llama la
atención es el sufrimiento y el dolor que esta enfermedad
está causando en la sociedad española. Más allá de consideraciones políticas, económicas y sociales, lo que me resulta más impactante es, ya digo, el dolor y sufrimiento personal reflejado en las familias que han perdido a seres queridos; y
que, además, debido a esta extraordinaria circunstancia no han podido despedirse
adecuadamente de ellos.
No obstante, sabemos que en tiempos tan duros el
ser humano saca tanto lo peor como lo mejor que llevamos en nuestro interior. Sin embargo, ahora, desde mi punto de vista, las acciones humanas están mostrando el rostro más bondadoso y solidario de nuestra sociedad.
De
entre todas las acciones solidarias surgidas al abrigo de estos tiempos que
corren, la que más me llama la atención es la organizada por un médico granadino
especialista en urgencias médicas llamado Jesús Candel que, a través de su
asociación, está recaudando medios privados para adquirir equipos de
protección individual para todos aquellos sanitarios a nivel estatal que los necesiten.
Además ha hecho una propuesta al colegio farmacéutico de
Granada para que las farmacias pueden vender mascarillas FFP2 a un precio
asequible para toda la población consiguiendo bajar los precios de estas de los
20 € precio venta al público que cuestan en este momento a solo 3,50 € como precio
máximo, con lo que consigue que estas, como digo, lleguen a un número mayor de la población.
Siguiendo
esta iniciativa creo que podría aportar parte de mis ahorros personales a esta asociación para que con ellos se pueda dotar de mejores equipos a los servicios
médicos, que son los garantes de la salud de todos nosotros.
Creo que esta crisis va
a contribuir a mejorar los siguientes aspectos: la solidaridad con el esfuerzo de
nuestro sistema sanitario y la inversión en investigación. También que los políticos
atiendan a las auténticas necesidades de la población. Y a nivel personal, la valoración
por parte de cada uno de nosotros de la importancia de actos cotidianos
que antes pasaban desapercibidos.
Por último, este confinamiento para mí ha
supuesto un montón de experiencias y sensaciones nuevas. La ruptura de mi rutinas
habituales me ha hecho entender y comprender que actos tan comunes como ir al
instituto, salir a la compra o a jugar al fútbol con los amigos son cosas mucho
más importantes de lo que yo pensaba. Así que este confinamiento también ha tenido aspectos positivos, pues el dedicar más tiempo a estar con mis seres queridos lejos de la rutina diaria de
las actividades lectivas, me ha hecho compartir con ellos muchos más momentos de
conversación y conocimientos que me están sirviendo para conocerlos más
profundamente de lo que yo pensaba.
De aquí hemos de sacar una valiosa
conclusión: todas las tragedias por duras que sean tienen varias caras, la buena
y la mala.
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